Agradecimientos a:
– José María Lozano por su trabajo en la adecuación de los «Eng».
– Julio Gómez por la implantación de los efectos especiales y mil retoques más indispensables para el resusltado final.
La serie 241-4001 a 4056 de RENFE fue un conjunto de locomotoras de vapor procedentes de la serie 4600 de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España e incorporadas a RENFE tras la nacionalización de los ferrocarriles en 1941.
El nombre genérico de “Montaña” corresponde a todas las locomotoras cuya disposición de ejes sea 2-4-1. Pero, por esas peculiaridades del lenguaje de los ferroviarios, ese nombre de montaña en España por antonomasia se ha aplicado de forma exclusiva a las antiguas montaña de la compañía del Norte.
Y así las conocieron no sólo el personal del Norte, sino el de MZA, el de RENFE.
Cierto es que tan «Montaña» como ellas fueron las 1700 y las 1800 de MZA, y las 2200 de RENFE, pero entre el personal de tracción dicho nombre era aplicado de forma casi única y exclusiva a las locomotoras procedentes de NORTE…
Historia:
A finales de 1924 la compañía «Norte» convocó un concurso para la adquisición de un tipo de locomotora de vapor que fuese apto para la línea Madrid-Hendaya. Debía ser capaz de remolcar las mismas cargas tanto en las llanuras de la Meseta como en la zona de la Sierra del Guadarrama, evitando así el cambio de máquinas que debía realizarse en Ávila.
La casa Hannoverische Maschinenbau A.G. (HANOMAG) resultó adjudicataria del pedido y suministró en 1925 seis unidades de la nueva serie. Tras realizarse las primeras pruebas en las líneas de Segovia y Ávila se comprobó su eficacia, pues disponían de una gran potencia y se adaptaban a los servicios requeridos. Debido a ello, «Norte» encargó la construcción de cincuenta locomotoras más a fabricantes nacionales -Maquinista Terrestre y Marítima (MTM), Euskalduna y Babcock & Wilcox-.
Estas locomotoras demostraron pronto sus capacidades remolcando los trenes sin cambio de máquinas, cual se solía hacer hasta entonces, dado lo desigual del recorrido; fuertes rampas hasta la cañada y recorridos fáciles posteriormente, desde Ávila hasta Miranda de Ebro y León.
Hasta la llegada de la Confederación en 1955-1956 no hubo máquina que aunase velocidad y potencia igual a la Montaña, pues aunque las 2200 eran superiores en potencia y aceleración, también resultaban más torpes corriendo.
Las «Montañas ANDALUZAS»
A la vista del éxito de estas locomotoras, la Compañía de Andaluces adquirió entre 1927 y 1929 un lote de diez casi idénticas a las de Norte, Con la particularidad de llevar el puesto de conducción y las bombas recalentadoras y demás equipo en el lado contrario a las locomotoras norteñas, siendo un espejo de éstas.
Cinco de las cuales fueron construidas por B&W y otras cinco por Euskalduna.
Constituyeron la serie 4301 a 4310 de esa compañía que las dedicó fundamentalmente a los servicios de Córdoba a Bobadilla y de Bobadilla a Ronda, recorridos en la que necesitaba locomotoras más potentes.
Dado que los recorridos adecuados para ellas eran escasos y que, además, no se había avanzado lo suficiente en el refuerzo de las infraestructuras de otras líneas donde podrían haberse utilizado, su aprovechamiento era muy bajo y no resultaron rentables. Ferrocarriles del Estado se interesó por ellas y tras complejos trámites administrativos, las 4301, 4304, 4305, 4308 y 4309 fueron reparadas en la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya y hacia 1933-1934 se asignaron a la línea de Murcia a Caravaca, mientras que las otras cinco fueron traspasadas en algún momento a Norte.
Pero la línea de Murcia a Caravaca tampoco era en absoluto adecuada para sacar partido de estas máquinas. Aunque estuvieron asignadas al depósito de Murcia-El Carmen, no se sabe con certeza si permanecieron apartadas o circularon regularmente.
Como es lógico, pronto acabaron también en Norte. Allí las diez máquinas de Andaluces recibieron en conjunto la numeración 4690 a 4699 dado que, al parecer, Norte pensaba ampliar su dotación de «montañas» y había reservado los números intermedios. Se las denominó coloquialmente como «montañas andaluzas» y en Miranda por «morunas» aunque parece que ya en tiempos de RENFE. Dado que el puesto de conducción lo tenían a la derecha al contrario de lo habitual en Norte, no fueron muy apreciadas por los maquinistas.
A RENFE llegaron todas las máquinas de la serie y ocuparon la 241-4001 a 4066, siendo las 4057 a 4066 las procedentes de Andaluces.
Durante 30 años serán las máquinas punteras en el remolque de los trenes rápidos.
Eran las que hacían en la línea de Irún el relevo de las magníficas eléctricas serie 7500, con los expresos y rápidos del Norte: de Galicia, Asturias, Santander, País Vasco… y en la Rioja los expresos y rápidos y desde Barcelona, Bilbao, San Sebastián, o procedentes de Galicia con destino a Cataluña.
Las 4600 fueron distribuidas por Norte entre los depósitos de Miranda de Ebro y Madrid aunque después algunas pasaron a Valladolid y León.
En principio se mantuvieron en los mismos depósitos, En 1942 cincuenta y dos máquinas se encontraban en servicio -de las cuales 25 se encontraban en Madrid-Norte, 12 en Miranda de Ebro, 10 en León, 5 en Valladolid-.
En 1949 no quedaba ninguna en Madrid debido a la electrificación de los trayectos de Ávila y Segovia. De forma aproximada, 16 estaban en Valladolid, tres en Miranda de Ebro, cuatro en Zaragoza junto con nueve de las procedentes de Andaluces, 17 en León, tres en Monforte y una en Vigo estando el resto en talleres.
En 1962 ya estaban algunas apartadas o en reserva. Los desguaces se llevaron a cabo aproximadamente entre 1964 y 1968.
En 1969 fue retirada la última del servicio.
Afortunadamente se salvó la 241-4001, primera de la serie, pero que por desgracia, tras decenas de años, sigue en los andenes exteriores del Museo del Ferrocarril de Madrid en estado dudoso…