Ante la falta de coches de viajeros surgida a raíz de la creación de RENFE, se encargó a la Oficina de Material Móvil el estudio urgente de un coche metálico lo más ligero posible, teniendo en cuenta los duros perfiles de las líneas férreas en nuestro país y que las posibilidades de tracción estaban al límite.
El proyecto fue el origen de la serié 5000, pero no pudiendo suministrar la industria nacional con la suficiente rapidez los coches necesarios, se encargó a la industria francesa 100 coches con la condición que suministraran los elementos necesarios para que se pudieran construir otros 100 en España, dando lugar a la serie 6000.
Estos coches eran en su aspecto exterior idénticos a los 5000, pero se diferenciaban en el sistema de construcción, utilizando perfiles embutidos en chapa en el armazón en lugar de perfiles laminados. También fueros los primeros coches en emplear el alumbrado fluorescente.
La industria francesa suministró 40 coches de primera clase y 60 de tercera clase, construidos por Saint Denis, De Dietrich, La Charentaise y CIMT, y en España se montaron 40 coches de primera clase y 60 de tercera clase, por Cardé y Escoriaza, MACOSA, SECN y CAF.
Posteriormente a 3 coches de primera clase se les suprimieron dos departamentos, instalándoles una pequeña cafetería con los mínimos servicios de cocina, refrigerador y cafetera, con dos barras con capacidad para 9 personas.
Con la supresión de la tercera clase, los coches de tercera fueron reconvertidos en coches de segunda clase, con ocho plazas en cada departamento.
También, con la progresiva llegada de los coches de la serie 8000, los coches de primera clase paulatinamente fueron transformados en segunda clase, aumentando a ocho el numero de plazas por departamento, quedando solo los coches de primera clase con cafetería.
Todos ellos transformaron su librea a finales de los 60, sustituyendo la librea verde con fileteado amarillo por la librea verde con franja negra en bajos, y también se sustituyeron los números romanos indicadores de clase del coche por números arábigos grandes, ubicados entre las puertas de acceso y las primeras ventanas.
A partir de 1972 recibieron la numeración UIC. También se les instaló el sistema de frenos con aire comprimido, posibilitando el aumento de velocidad máxima a 120 Kms. hora.
A algunos coches se les modificaron los testeros, sustituyendo los fuelles de intercomunicación por burletes de goma, al igual que los coches de la serie 8000, y también se se sustituyó la calefacción a vapor por calefacción eléctrica. Con la llegada de los automotores 592/593 y los coches climatizados de las series 9000 y 10000 a principios de los 80, comienza el declive de estos coches siendo paulatinamente retirados del servicio y dados de baja a principios de los 90.
A excepción de los coches vendidos a los ferrocarriles cubanos, y los seis coches preservados en el Museo de Vilanova i la Geltrú, todo el resto de la serie han sido desguazados.