Las series de locomotoras 7600 y 8600 (luego serie 276) fueron adquiridas en la década de 1950 para prestar servicio en las líneas que se iban inaugurando a 3.000 V como consecuencia del Plan de Electrificación aprobado en 1946 que marcó el comienzo de los 3.000 V en España, quedándose unificada dicha tensión para las nuevas electrificaciones, de manera que, a principios de los años 70 se habían electrificado con la nueva tensión unos 2.500 kilómetros.
La serie 7600 fueron creadas por el fabricante francés Alsthom. Derivadas de las locomotoras CC 7.100 de la SNCF, poseían tecnología francesa, por lo que fueron apodadas como “las francesas”.
Se entregaron un total de 136 unidades entre 1952 y 1965. Las primeras 20 unidades fueron suministradas directamente por Alsthom mientras que el resto de locomotoras fueron construidas por empresas españolas.
Posee un peso total de 120 t (20 t por eje) y una velocidad máxima técnica de 125 km/h aunque limitada a 110 km/h para el servicio de viajeros.
Las locomotoras 7600 llegaron pintadas exteriormente con tonos verdes y el destino de las primeras 20 locomotoras construidas en Francia iba a ser la sustitución de la tracción a vapor en el servicio de viajeros de las líneas de Cataluña, pero debido al retraso que llevaba la electrificación, tuvieron que ser almacenadas en Barcelona hasta 1956, que se inauguraron los primeros tramos a 3.000 V.
Fueron destinadas en principio a los depósitos de Barcelona-San Andrés Condal, Vilanova, y Alcázar de San Juan y algo después al de Valencia. También estuvieron presentes en Zaragoza y Santander.
Se ocuparon de los expresos y rápidos de aquella época, desde principios de los años 70, la masiva llegada de las 269 fue apartando a las 276 de los servicios de viajeros y dedicándolas, cada vez más, a los trenes de mercancías.