Los furgones se utilizaron de forma inseparable durante largo tiempo en los trenes, por la necesidad en aquel entonces de disponer de un departamento para el Jefe de Tren, transportar equipajes facturados y animales.
Con el objetivo de terminar con todos los furgones antiguos de dos ejes, Renfe recibió una nueva serie de furgones en 1962-63, construidos sobre bastidor 300.000, pero con un interiorismo bastante mejorado en relación con los anteriormente mencionados.
Formaron la serie DV 340.101-340.250 y fueron construidos por Euskalduna y Siderúrgica Requena y Forjas de Alcalá.
En origen estaban diseñados para trenes de mercancías, si bien a lo largo de su vida activa se utilizaron frecuentemente en trenes de viajeros tanto secundarios, cercanías, ómnibus, trenes nocturnos… formando composiciones con coches de todo tipo: Costas, madera de largo recorrido, Verderones, 3000, 5000, 7000, 8000, coches de ejes etc, etc…
Los furgones DV-340.100 estaban pintados de blanco en su origen. De un blanco bastante blanco, que enseguida se ensuciaba notablemente haciendo parecer que sea gris, color en el que finalmente fueron pintados para evitar la suciedad del hollín de las locomotoras de vapor.